Trabajo en la conexión del conocimiento médico y biológico con diferentes tipos de datos y de métodos de análisis, con el fin de profundizar en el conocimiento del cerebro. Pero las enfermedades mentales son tremendamente complejas, por lo que resulta parecido a montar un puzzle enorme donde faltan muchas piezas, y algunas incluso carecen de color o de forma. Cuando colaboramos entre departamentos, logramos reunir a veces suficientes piezas de ese puzzle para hacernos una idea del panorama general. Esos son los momentos de mayor satisfacción de mi trabajo.

Durante mi experiencia en Lundbeck, he tenido la oportunidad de trabajar en diferentes departamentos, lo que me ha dado diferentes perspectivas del proceso de desarrollo de medicamentos. Comencé en bioestadística, tuve experiencia directa en el diseño y la puesta en marcha de ensayos clínicos. Antes de incorporarme a mi puesto actual, trabajé como científico de datos en bioinformática, lo que me enseñó acerca de la genética de las enfermedades mentales y cómo los datos “ómicos” pueden utilizarse para el descubrimiento de fármacos y los ensayos clínicos.

Lo mejor de trabajar en Lundbeck es la oportunidad de involucrarme en cuestiones tremendamente complejas con un equipo de compañeros con gran talento, y siempre persistes, a pesar de las dificultades, porque sabes que tu trabajo, en algún momento, resultará en una vida mejor para los pacientes que sufren enfermedades mentales.

Lundbeck tiene una cultura de compañía pequeña a pesar de ser una gran empresa. Hay una atmósfera relajada y de confianza, y rápidamente conoces a compañeros de toda la organización.